Yo tenía un
impecable polo blanco con el cuello y bordes de un bonito azul intenso, con el
cual montaba a caballo. Con mi
proverbial despiste, un aciago día me puse a manipular lejía con él puesto. Y
me cayó una gota del alcalino líquido en el cuello. Y la mancha decoloró hacia un butano sucio -
en pijo, ‘naranja roto’- Ya no podría
cabalgar con mi impecable polo blanco con el cuello y bordes de un bonito azul
intenso.
De perdidos, al
río. Se me ocurrio sumergirlo todo él en
lejía. Se picó en algunas partes del
tejido; pero las maravillosas manos de mi maravillosa hermana desfacieron el
entuerto.
Hoy,
monto a caballo con un impecable polo blanco con el cuello y bordes de un
bonito… butano sucio (o naranja roto).
Lo
importante de esta historia, es que sigo cabalgando; da igual el polo
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